05 Ene 2017 Evolución, cuidados y limpieza de nuestros bolsos de cuero natural
Los bolsos de Muicuero están hechos con una piel natural de alta calidad tratada y curtida de forma vegetal, que le confiere gran parte de su belleza. Esto se nota al tacto, a la vista y hasta en la forma de evolucionar con el uso, ya que el tiempo los hace envejecer de una manera natural que los hace incluso más bonitos.
Sin embargo, es importante destacar que los materiales nobles son más delicados y hay que cuidarlos con más mimo que a los artificiales.
Todo el mundo sabe que un suelo de madera es uno de los más bellos y elegantes que se pueden disfrutar en un hogar, y que con el uso cada vez sean más acogedores, pero también que requieren un trato más cuidadoso. A los bolsos de cuero natural les pasa algo parecido, que requieren un mayor cuidado pues se pueden manchar y rallar más fácilmente, especialmente con las uñas, y por ello hay que ser especialmente cuidadosos al abrirlos.
No hay que preocuparse mucho cuando aparezcan los primeros arañazos con el uso. Es lo normal. Están fabricados con cuero natural tratado de forma vegetal, que les confiere su flexibilidad y durabilidad, pero al mismo tiempo les hace blandos y agradables al tacto y eso da lugar a que sean más porosos y a que se puedan manchar o rallar con mayor facilidad que los fabricados con materiales sintéticos o incluso con pieles plastificadas o lacadas.
Con el paso del tiempo se descubre que estos bolsos de cuero evolucionan bien y que envejece de forma natural sin perder la belleza, pues el cuero natural es un elemento vivo, fiel reflejo de tus experiencias vividas.
No hay nada más bonito que un bolso de cuero usado y desgastado, que haya acompañado a su propietaria en tantísimos buenos momentos, como fiel compañero de todas sus vivencias.
Como consejos para alargar su vida y conservar su belleza, color y flexibilidad, en Muicuero recomendamos los siguientes:
1.- Manejarlos con cierto cuidado y con las manos limpias, ya que al tratarse de un material natural son muy susceptibles a la absorción de grasa y aceites. Atención especial a no dañarles con las propias uñas, sobre todo en las operaciones de apertura o cierre.
2.- Hay que guardarlos en una bolsa de tela cuando no se vayan a usar para protegerlos. Y si se ve que van a pasar varios días sin uso conviene rellenarlos con papeles para evitar que se deformen.
3.- Aunque no estén sucios es conveniente que se hidraten un par de veces al año con un paño de algodón blanco y Nivea o un acondicionador de piel, para mantenerlos suaves y flexibles. Después hay que pasar un paño limpio para evitar que los poros queden obstruidos.
4.- Debido a su porosidad, a este tipo de cuero le afecta mucho el agua dejándole manchas o marcas en forma de gotas, por lo que debe tenerse especial cuidado con la lluvia. No deben mojarse, pero si ello ocurriese lo primero que hay que hacer es secarlo enseguida con un trapo o pañuelo de algodón, sin frotar y sin usar ninguna fuente de calor, dejando después que se termine de secar al aire. Para recuperar la flexibilidad original lo mejor es aplicarle una crema acondicionadora, pero ello no quitará las marcas en su totalidad.
5.- En caso de manchas de aceite, sangre o alimentos, hay que limpiarlas en cuanto se pueda. La mayoría de las veces se puede arreglar usando un material absorbente como los polvos de talco. Para ello se cubre la mancha con el polvo y se deja reposar unas horas. Después se retira el polvo con un cepillo muy suave y con un paño limpio y suave.
6.- Es recomendable introducir los cosméticos y/o bolígrafos dentro de un pequeño neceser pues con ello se evitará más de un susto.
Un buen bolso de cuero siempre es una inversión segura tanto por su belleza como por su tacto, que tiene que permanecer en el armario muchas temporadas, y es por ello que sea muy aconsejable cuidar la inversión que se ha hecho tratándolo con mimo y cuidándolo como se merece.
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